Estoy colgada de un globo que asciende gracias a la fuerza que tiene el poder, aunque no estoy yo sola, todos estamos colgados de globos atraidos por él pues se transforma en imán y nos arrastra al consumismo. Quiere que vivamos en él, que rompamos las huertas, comamos plástico, es decir, mucho petróleo, que dejemos de sembrar y cuidar nuestro suelo, que lo destruyamos para construir enormes centros comerciales y edificios, que no importa cuanta basura tiremos al mar, que compremos muchas cosas y claro, luego las tiremos pues... ¡porque ya no nos gustan!, que sigamos comprando y gastando dinero en cosas que no necesitamos y que miremos nuestro ombligo pues es lo único que existe.
Ah si,
también aprueban que nos pongamos pieles de animales que han sido brutalmente asesinados, pues a quien le importa el peligro de extinción. Comemos carne y llevamos cuero puesto hasta en las pulseras, pero claro nosotros nos vestimos de hippies y sonreimos pidiendo paz y amor en el mundo, olvidando que por mucho que sonriamos y llevemos ropa de colores esta situación, que es lo más importante, no va a cambiar. Vamos a tiendas únicas y ocultas para comprarnos la ropa más original y, sin duda no más barata, y no nos damos cuenta, que haciendo eso, somos más de la misma mierda que compra unas nike de noventa euros fabricadas a mano por niños y mujeres de la India o China.
El materialismo inunda nuestras vidas pues, ¿quién puede vivir sin caprichos? ..
Queremos más y más, se nos va la humildad, pedimos que la gente se acuerde de las personas pobres que viven en la más trágica miseria en muchas partes diferentes del mundo y no sé que pasa, porque aunque se sepa que ese hecho no nos lleva a nada lo seguimos haciendo, mostrando aún más en que gran clase social vivimos ya que nos podemos dar el lujo de hacerlo. Gozamos de mil comodidades que creo no hace falta numerar, pero claro, eso no es culpa nuestra, cierto?...
Porque para navidad y año nuevo pedimos muchas cosas y para sentirnos bien con nosotros mismos añadimos a nuestro cerebro la clásica frase ''que haya paz en el mundo y que los niños que no tengan nada reciban muchos regalos'' y seguimos comiendo nuestro ENORME plato de comida del que no nos importa dejar restos.
Se nos escapan las cosas esenciales, creemos que somos buenas personas por el hecho de que nos 'acordamos' que existe gente con desnutrición y queremos parar la guerra llevando una chapa que pone: ''NO A LA GUERRA'' y comentando lo mal y triste que nos parece que hayan muerto cuatrocientas personas cuando un coche bomba explotó en Irak. Todo esto es, sin duda alguna, por la vida de comodidad, servicios y lujos en la que hemos crecido, rodeados de una sociedad consumista que está alli por donde nos movamos.
Y no percibimos que, para realmente cambiar, se empieza desde abajo, desde nosotros y desde nuestra vida diaria y cotidiana, porque el cambio es una suma, una escalera que va de menos a más.
..
Cuán efímeras son también las buenas voluntades!
domingo, 6 de enero de 2008
Posted by dicho por
infinita
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19:23
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seres que opinan
jueves, 3 de enero de 2008
(goodbye two thousand seven)
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me quedan muchas cosas y entre ellas ahora sé
cuán efímera es la gente,
cuán corto el tiempo y cuán largos los caminos,
que sientes que siempre hay algo más por ver!
San Petersburgo allá vamos!
(oh crystal ball save us all, tell me life is beautiful) *
Posted by dicho por
infinita
en
9:30
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