quiero saber cosas.
muchas cosas. como es cuando late fuerte tu corazón y si tus manos se enredan al dormir, como seria si fuéramos uno y no la amarga división existencial que parecemos, que al fin y al cabo nos une como a nadie y nos atrae al reencuentro cada vez que desaparecemos.
quiero escucharte un día de lluvia y averiguar si tu ternura sigue siendo la misma que cuando hace sol, peinarte el pecho a besos y hundirme en tu cuello son aventuras que aun no conozco pero que, sin duda, creo conocer. quiero ver como es cuando me veas llegar, si tus reacciones se parecen a las de otros, pues no se hasta donde esto es simple idealización mía.
quiero discutirte, gritarte y verte enfadado, que me grites y discutas sin reparos, descubrir cual es tu vocabulario habitual y si te acostumbras a repetir frases hechas. quiero tocar contigo, y de cerca, la rutina, para ver si nos cansa o si nos agota reencontrarnos cada mañana, vernos llegar desde la siguiente esquina puede ser raro pero quizás no tanto abrir los ojos y reconocerte al lado, tocar tu espalda al ya saber cual es tu lado de la cama y arroparme en invierno o cuando haga falta
quiero saber cosas.
muchas cosas. los detalles que rodean tu día a día, como es un silencio cerca tuyo o estar en la playa separados.
los colores y comidas favoritos no me importan. no me acuerdo de los aniversarios y si lo hago, lo disimulo bien.
quiero saber de tus ideas y expresarte yo las mías, que mezclemos pensamientos y que nos quedemos despiertos en algún balcón, en alguna plaza, en algún rincón, compartiendo los segundos, los cigarros, las cigarras, las manzanas y los besos. si te vas a alguna parte, descubriré como son las despedidas y si eres de los que se quedan o de los que se van según la presión del instante.
quiero saber cosas.
tantas.
