martes, 31 de julio de 2007



Me encanta el olor a noche, ese despliegue de silencio que viaja por las calles que rodean el triste edificio en el que vivo. He abierto la ventana de mi habitación y me he sentado a observar como la oscuridad se ha posado sobre nosotros, es tarde y lo cierto es que no puedo dormir. Me encanta imaginarme fuera de aquí, pero no es porque odie el sitio en el que estoy, de hecho, ahora soy mucho mas feliz en mi casa de lo que era antes. Hace unos meses no aceptaba la idea de volver a casa después de pasarme la tarde fuera, pero ahora siento que también es mi sitio y que me gusta ver a mamá sonriendo cada vez que entro.
Pero claro, sigo soñando con una vida de artista por todo el mundo, con comprarme una moto y viajar y algún día, raparme el pelo.
Me encanta el olor a noche y vivir cerca del mar, porque desde mi ventana se escucha como las olas chocan con la orilla y desprenden una frescura increiblemente suave.
El otro día soñé que me levantaba a horas de la madrugada, miraba por la ventana y como no veia a nadie, iba hacia el armario, agarraba una camisa de botones de papá, me la ponia y bajaba hasta la entrada del edificio, una vez alli, miraba a los lados y lentamente me desprendía, uno por uno, los botones de la camisa hasta quedar completamente desnuda, pero yo sentía que me desnudaba el alma, un peso que guardaba en el pecho y que estaba ahí como terriblemente atrapado, cuando la camisa cayó al suelo, me desperté.












y ahora me doy cuenta de que nada tiene que ver con nada.

Posted by dicho por infinita en 16:09
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