ser

Hoy me vi en una foto y deseé que esos enormes ojos que me miraban detenidos en el tiempo siguieran siendo los mismos que hoy en día llevo adjuntos a mi piel. Pensé que, inevitablemente y poco a poco con los años, se les escapará la inocencia que tenía en ese entonces, que ya no serán los mismos ojos y que arrastrarán consigo penas, alegrías y demás situaciones que me regalará la vida.
Mi cabeza se llenará de sabiduría y de nuevos recuerdos y, sin duda, iré cambiando.
Ojalá conservara para siempre, hasta el día en que me apague, ese pequeñísimo pero constante brillo que declara, con firmeza, que uno mismo está lleno de sueños, de virtudes y que lleva dentro un hilo hermoso que es la vida y que por más que nos golpee debemos volver a respirar y a llenarnos, nuevamente, de intensas sensaciones y momentos.

No quiero seguir creciendo. No quiero pensar que a medida que avancen los años en mí tenga que aceptar el mundo que me rodea, vivir en la rutina que, aunque no queramos, aparece y sentir que me he conformado con lo que veo a mi alrededor.
Sé y quiero saber que, aunque me invada el tiempo, como ahora mismo me sucede, haré lo que pueda para conservar esa emoción, esa sorpresa y para que mis sentidos sigan de la misma manera que el día en que nací.







No quiero pensar que este año llegarán mis dieciséis.