sábado, 7 de febrero de 2009



Reconozco que hay mañanas en las que considero que mi mundo es inmensamente bello, me siento invencible, que es como decir inganable aunque quizás o muy quizás no exista tal palabra. Creo tener un sombrero de donde salen las ideas y las cosas que ahora viven en mi cabeza y ese sombrero debe ser horrible, por no decir horriblísimo que es como decir muy muy feo. Y abro los ojos y la luz entra por la ventana diciendo 'buenos días' y ese ser imaginable se da la vuelta entredormido, se acerca y su olor a sueño y a sexo despierta para chocar contra mi piel desnuda, en una cama desprolija donde las sábanas abren paso a la aventura.

Posted by dicho por infinita en 15:09
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