No había un desorden que abriera puertas al rescate, había solamente suciedad y miseria, vasos con restos de cerveza, medias en un rincón, una cama que olía a sexo y a pelo, una mujer que me pasaba su mano fina y transparente por los muslos, retardando la caricia que me arrancaria por un rato a esa vigilancia en pleno vacío.
Demasiado tarde siempre, porque aunque hicieramos tantas veces el amor, la felicidad tenia que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y ese placer, un aire como de unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad.
Cortázar.
miércoles, 18 de marzo de 2009
Posted by dicho por
infinita
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17:18
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